El vishing, como otros muchos ataques de ingeniería social, se basa en una serie de técnicas con las que ganarse la confianza del usuario, generalmente, haciéndose pasar por una persona o entidad reconocida por los usuarios.
Por ejemplo, imagina que recibes un mensaje de un desconocido diciéndote que has ganado un premio. Para obtenerlo, solo debes hacer clic y rellenar un formulario con tu nombre, apellidos, correo electrónico y datos bancarios. Muy pocos serían los que acabarían cayendo en la trampa, ¿verdad?
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